Bogotá. – Una fotografía en la entrada de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) colombiana retrata un cuerpo enterrado que no es el del joven que mataron víctima de una ejecución extrajudicial, porque lo desaparecieron y sus restos aún no ha sido encontrado, sino el de la madre que no se rinde en la búsqueda.
El cuerpo es el de Jackeline Castillo, una de las madres de los 6.402 víctimas de ejecuciones por parte del Ejército de jóvenes inocentes, los llamados «falsos positivos», y el de otras «madres de Soacha», del grupo que comenzó la búsqueda de justicia por este crimen atroz del conflicto colombiano.
Las fotografías forman parte de la exposición «Mujeres con las botas bien puestas», que estará en la JEP hasta febrero y donde precisamente las botas de goma, pintadas, coloreadas, con nombres y flores, son las protagonistas, como símbolo de resistencia, pero también de recuerdo por cada familiar.
Las botas como resistencia
Las botas de goma era lo que les ponía el Ejército a los jóvenes después de asesinarlos para hacerlos pasar por guerrilleros, en este oscuro episodio de las fuerzas armadas colombianas que la JEP ha denominado «patrón macrocriminal», pues tanto altos mandos como soldados rasos estaban compinchados con paramilitares para obtener beneficios si mostraban resultados.
«Cada bota de estas significa uno de estos jóvenes que fueron asesinados», explicó este jueves en un acto simbólico en la JEP Castillo.
La exposición surge «desde la reivindicación de la memoria» y como uno de los procesos de sanación que está implícita en la justicia transicional.
Las mismas botas con las que enterraron los cuerpos de sus hijos en cunetas por todo el país, que aún no han sido excavadas, son las que llevan las madres para buscarlos, ante un Estado que las dejó de lado y que les decía una y otra vez que nunca existieron esos tales «falsos positivos» y que ese crimen de Estado nunca existió.
Con los años, el país y el mundo ha ido dándoles la razón y reconociendo la injusticia de este crimen de guerra, aunque aún muchos siguen sin admitirlo.
Los nombres de las víctimas
La JEP, que lo juzga en el macrocaso 03, ha cifrado en 6.402 las víctimas de falsos positivos y en el acto de hoy se han leído por primera vez los nombres de 1.934 víctimas.
«Hoy todos y todas, leeremos los nombres de las 1.934 víctimas, este listado es el resultado de un arduo trabajo de alta contrastación judicial, recordaremos la memoria de las demás víctimas a medida que avancen las labores de contrastación», explicó el presidente de la JEP, Alejandro Ramelli.
Castillo, emocionada, ha reconocido que cada uno de estos nombres es como un puñal que se clava en su corazón, pero aseguró que está decepcionada porque sigan teniendo que ser ellas en las que recaiga el peso.
«Siento que nuestros familiares no son un objeto, no los estamos comercializando, no están a la venta. No tendríamos por qué exponer públicamente los nombres de nuestros familiares», dijo esta madre.
Y continuó: «No hay derecho. ¿Por qué no pedimos como sociedad que se publiquen los nombres de los militares que estuvieron involucrados en las muertes de nuestros familiares? Que son más de 4.500 militares que están siendo investigados, que ellos sí merecerían estar en ese escarnio público».
Por el momento, la JEP ha imputado a 106 máximos responsables del Ejército de estos crímenes, de los cuales 85 han reconocido su responsabilidad. Entre ellos, hay dos generales retirados y seis excoroneles.
La exposición cuenta ya con 200 botas intervenidas de forma artística, pero esperan recibir muchas más para llegar a 6.402 que compongan la memoria de los jóvenes asesinados.