Luego de diecisiete años en silencio, y tras ver otros abusos similares protagonizados por el mismo grupo de personal, una joven que hoy tiene 28 años de edad, ha decidido no callar más y denunciar ante las cámaras de De Último Minuto las violaciones que supuestamente cometió su entonces profesor Isidro Santana Ramírez, cerca del año 2007.
La joven, (cuyo nombre se omite por razones de ley), contó que quien actualmente ocupa el cargo de director regional 05 de Educación, en la provincia de San Pedro de Macorís, fue su maestro en la escuela Sor Leonor Gibb del municipio de Consuelo, donde supuestamente el docente la manipulaba para que ella le hiciera sexo oral entre otras prácticas sexuales en el aula con apenas 11 años de edad.
«Me manipuló con regalos y palabras bonitas”, recordó al señalar que le hacía sentir bien cómo Santana le hablaba y la tocaba, porque estaba en una etapa en la que empezaba a conocer más de su cuerpo, lo que le hacía sentir que tenía una relación de noviazgo con quien fue su profesor de matemáticas.
“Luego de que yo pasé de curso, yo quedé encariñada por el trato que él me daba. Él siempre me decía: -mi niña, tu si estás linda, tú si estás grande-. Me decía: -‘tá echando pechito aquello-. Eso incitaba en mí cierta cosa extraña, quizás era producto de las hormonas y eso que se estaban desarrollando en ese momento en mi cuerpo y me hacían sentir atracción hacia él (…) Y más, porque él me decía: -mira, ven esta tarde, te voy a dar RD$100, 150 pesos para que te vaya en un motor, que en aquel tiempo era mucho dinero para mí”, relató la chica que acudió de manera voluntaria hablar con los periodistas de De Último Minuto.
Para la niña de once años solo estaba viviendo un hermoso noviazgo sin imaginar que se convertiría en la peor carga emocional de su vida “era como un novio, me llevaba chocolate, me decía muchas cosas bonitas, no lo puedo negar, me decía tú no puedes decirle eso a nadie, tú no puedes contarle eso a nadie, un secreto de los dos”, agregó.
Detalló que el maestro, en ese entonces, utilizó su posición para acercarse a ella, ganarse su confianza y cometer actos de abuso, manipulándola psicológicamente, ofreciéndole dinero y regalos para que guardara silencio.
Hoy día decide dar a conocer el hecho por las secuelas que le acompañan en la adultez producto de cómo fue empañada su niñez y le aterra que a sus hijos les ocurra lo mismo.
Finalmente, aseguró que otras estudiantes también pudieron ser abusadas por Santana Ramírez, incluyendo una de sus compañeras de clases, por lo que pide a las autoridades pertinentes que profundicen las investigaciones para que este tipo de prácticas no sigan robando la inocencia de los niños que acuden a formarse a los recintos educativos.