Santo Domingo, RD. – La discusión sobre la vida social dominicana y la cultura popular ocupó un espacio significativo en el conversatorio con los jóvenes universitarios que promovieron el simposio sobre Ciencias Sociales en el programa radial Politikal. Uno de ellos ofreció una visión analítica del fenómeno de YouTube La Casa de Alofoke que se encuentra realizando su segunda temporada como el reality show más visto en la plataforma.
Sawill Quesada afirmó que, desde una perspectiva politológica, «La Casa de Alofoke ha sido el experimento social más importante tal vez hasta del último centenar de años».
Esta aseveración se basa en que el productor y empresario, Santiago Matías «Alofoke», aprovechó su trayectoria para tomar «diferentes muestras de las diferentes ratificaciones sociales de la República Dominicana» e inclusive de Latinoamérica, al incluir personajes de Panamá, Colombia, Venezuela y Puerto Rico. Este formato ofrece una imagen de lo que es la Latinoamérica actual y permite observar su desarrollo en el diario vivir dentro de la casa.
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Quesada recordó que, desde la antigüedad, filósofos como Aristóteles, Platón y Sócrates plantearon que «la casa, el hogar es de donde podemos hacer un tipo de prueba espejo de lo que es la sociedad en sentido general pero sectorizado a la casa».
Desde la sociología, se identificó el concepto de ocio como un factor súper importante para cualquier sociedad, permitiendo al ser humano distraerse de la realidad.
La Casa de Alofoke: un generador de cultura
La Casa de Alofoke fue definida por el joven como un generador de cultura dominicana y de ocio que conecta moralmente con la conciencia dominicana. Se argumentó que la cultura usualmente es producida por la clase baja y la clase media, mientras que, en opinión de uno de los estudiantes, la clase alta no es capaz de generar cultura, aunque sí la posee.
Un elemento clave del fenómeno es la naturalidad del dominicano común que reflejan los participantes. El personaje de «La Fruta» ha tomado gran relevancia porque su conexión con las personas es genuina, representando la cultura de la clase media baja de la República Dominicana (de Haina), lo que constituye la pluralidad del país.
Se destacó que la conexión con el público es amplia, ya que el programa se ve en colmados, salones, barberías y oficinas.


