LONDRES — La salud mental en el tenis vuelve a ser tema central tras las conmovedoras declaraciones de Alexander Zverev, quien admitió sentirse «vacío» y «muy solo en la vida», luego de ser eliminado en la primera ronda de Wimbledon 2025.
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El tenista alemán de 28 años, finalista de tres torneos de Grand Slam, confesó que lucha con problemas emocionales tanto dentro como fuera de la cancha. “Me siento bastante solo en la vida. No es solo en el tenis. Es simplemente un sentimiento de vida en general”, expresó Zverev tras su sorpresiva derrota ante el francés Arthur Rinderknech.
Sus palabras han resonado con fuerza en el circuito y han sido respaldadas por otros jugadores que también han compartido experiencias personales en torno a la salud mental.
La estadounidense Amanda Anisimova, quien se tomó una pausa del tenis en 2022 debido al agotamiento, comentó: “Muchos de nosotros pasamos por momentos de negatividad. Para mí, fue clave rodearme de personas en las que pudiera confiar. Alejarme del circuito me ayudó a encontrar una nueva perspectiva.”
Por su parte, Aryna Sabalenka, actual número uno del mundo, reveló que trabajó con un terapeuta durante cinco años y animó a Zverev a buscar ayuda: “Si lo mantienes dentro, eso te va destruyendo. Creo que él solo necesita abrirse a alguien cercano.”
Zverev, que había sido subcampeón del Abierto de Australia en enero, dijo estar considerando por primera vez la posibilidad de acudir a terapia: “Nunca me había sentido tan vacío. Me falta alegría en todo lo que hago.”
Otros tenistas como Madison Keys y Andrey Rublev también reflexionaron sobre la presión que implica la vida en el tour, donde las expectativas, la constante competencia y el aislamiento pueden afectar profundamente la estabilidad emocional de los jugadores.
La conversación recuerda lo ocurrido con Naomi Osaka en 2021, quien visibilizó públicamente su ansiedad y depresión, abriendo camino para que más atletas se sientan cómodos hablando sobre estos temas.
Las palabras de Zverev, crudas y humanas, han puesto nuevamente sobre la mesa una verdad ineludible: el éxito en el deporte no inmuniza contra las batallas internas. Y como bien dijo Sabalenka: “Hablarlo no es debilidad. Es valentía.”