NUEVA YORK – Un juez federal impuso este martes una condena de 68 años de prisión a Alexi Sáenz, identificado como líder de la violenta célula “Sailors Locos Salvatruchas Westside” de la pandilla MS-13, con base en las localidades de Brentwood y Central Islip, en Long Island. La sentencia se relaciona con su responsabilidad directa en una ola de asesinatos cometidos entre 2016 y 2017.
Sáenz, de origen salvadoreño y conocido entre sus allegados como “Blasty” y “Plaky”, había admitido su culpabilidad en julio de 2024 por cargos de crimen organizado, incluyendo ocho homicidios, tres intentos de asesinato, narcotráfico, incendio intencional y delitos con armas de fuego. Entre las víctimas se encuentran las adolescentes Kayla Cuevas y Nisa Mickens, cuyos asesinatos conmocionaron al país y encendieron las alarmas sobre la violencia pandillera juvenil en comunidades suburbanas de Nueva York.
“El acusado encabezó una cadena de crímenes brutales que dejaron un rastro de muerte, dolor e inseguridad en Long Island. Esta sentencia es una advertencia clara a quienes opten por sembrar el terror en nuestras comunidades”, expresó el fiscal federal Joseph Nocella Jr., tras conocerse el fallo.
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Por su parte, el FBI también reaccionó al castigo impuesto. “Durante años, Alexi Sáenz utilizó su posición de liderazgo para perpetrar asesinatos despiadados y dirigir operaciones criminales sin ningún remordimiento por las vidas inocentes que truncó”, afirmó Christopher G. Raia, subdirector a cargo de la oficina del FBI en Nueva York.
La MS-13, una de las pandillas más violentas del hemisferio occidental, opera en Estados Unidos mediante “camarillas”, o células locales. La estructura que Sáenz dirigía es considerada una de las más poderosas de la costa este, particularmente activa en Long Island y zonas de Queens. Sus actividades van desde el asesinato y la extorsión hasta el tráfico de drogas y el robo de armas, dinero y joyas.
El caso de Sáenz forma parte de una ofensiva más amplia contra la organización criminal. Su hermano, Jairo Sáenz, también enfrenta sentencia tras declararse culpable de múltiples homicidios. Otros miembros y colaboradores de la pandilla, como Keyli Gómez, Leniz “La Diablita” Escobar y Joel Vargas Escobar, han sido recientemente procesados o condenados por su participación en crímenes similares en Nueva York, California y Nevada.
Los asesinatos de Cuevas y Mickens marcaron un punto de inflexión en la lucha contra las pandillas en EE.UU. La madre de Kayla, Evelyn Rodríguez, fue invitada por el expresidente Donald Trump a su discurso del Estado de la Unión en 2018. Meses después, Rodríguez perdió la vida trágicamente tras ser atropellada durante una disputa pública.
Con esta sentencia, las autoridades refuerzan su compromiso de desarticular estructuras criminales transnacionales y llevar ante la justicia a quienes atenten contra la seguridad pública.
