Santo Domingo, RD. – Jeniré Mena Martínez es una madre venezolana que visitó por primera vez la discoteca Jet Set aquella fatídica noche en que se cayó el techo. Estuvo bajo los escombros durante unas cinco horas. Todo esto ocasionó que tuviera severas lesiones, llegando incluso a no poder caminar. Allí también perdió a su amiga.
Aunque ya logró recuperar la movilidad y poder caminar, Mena explica que sus ahorros están casi agotados y que sobrevive en base a lo que sus capacidades le permiten hacer más la ayuda de sus cercanos porque, aunque se comunicaron con ella desde el programa Supérate, le indicaron que “no hay protocolo para extranjeros”, refiriéndose a la ayuda que el Estado dominicano tiene contemplado para las víctimas de la tragedia.
“Supérate se comunicó conmigo, hizo una primera visita a mi casa, luego fue Supérate con el Siuben y bueno, posteriormente me dijeron que no había protocolo para extranjeros”, dijo.
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La mujer respondió en el programa Esto No es Radio que entabló una demanda contra la empresa dueña del Jet Set, vía el abogado Luis Aybar y el doctor Plinio y que no fue citada a las audiencias al empresario Antonio Espaillat y su hermana Mirabal Espaillat, señalados como los responsables de la tragedia que cobró la vida de más de 230 personas y dejó más de 180 heridos.


Aquella noche del 7 de abril
Minutos antes del colapso, cuenta que algunos meseros y clientes ya miraban con preocupación hacia el techo.
«Un pedazo pequeño se desprendió antes”.
Jeniré fue diagnosticada con un trauma vértebro-medular incompleto y una fractura en la escápula derecha. De sus amigas, una falleció, y con la otra se daban apoyo sosteniéndose de los dedos entre el montón de restos de concreto.
Venezolana, diseñadora de vestuario para cine y madre de un niño de 13 años, Jeniré había salido a celebrar su cumpleaños con dos amigas la noche del 7 de abril. Lo que comenzó como una velada alegre, terminó en una tragedia.
Atrapada bajo concreto, rodeada de cuerpos sin vida y con la movilidad de sus piernas comprometida, vivió más de cinco horas de agonía antes de ser rescatada.