Más de 14 millones de personas en situación de extrema vulnerabilidad, un tercio de ellas niños pequeños, podrían morir como consecuencia de los recortes a la ayuda exterior de Estados Unidos impulsados por la administración del expresidente Donald Trump, de acuerdo con un estudio publicado esta semana en la revista médica The Lancet.
La investigación se dio a conocer mientras líderes mundiales, funcionarios de la ONU y representantes del sector empresarial se reunían en una conferencia internacional sobre ayuda humanitaria celebrada en España, en un contexto marcado por la preocupación ante la disminución global de fondos para asistencia internacional.
La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), históricamente responsable de más del 40 % de la financiación humanitaria mundial, ha visto reducida su capacidad operativa desde el retorno de Trump a la Casa Blanca en enero. Los autores del estudio advierten que estos recortes no sólo limitan la capacidad de respuesta ante emergencias humanitarias, sino que podrían “detener, e incluso revertir, dos décadas de progreso en salud entre las poblaciones vulnerables”.
El impacto más severo, según el análisis, se sentirá en comunidades que dependen de programas vitales de vacunación, nutrición infantil, acceso a agua potable y atención médica básica. Las zonas más afectadas incluirían países del África subsahariana, el sudeste asiático y regiones de América Latina donde USAID ha operado históricamente.
“El costo humano de esta decisión podría ser devastador”, afirmó uno de los investigadores principales. “Estamos hablando de millones de muertes prevenibles, muchas de ellas de niños menores de cinco años”.
La publicación del estudio en The Lancet ha generado una fuerte reacción entre organizaciones no gubernamentales, agencias internacionales y expertos en salud global, quienes urgen al gobierno estadounidense a reconsiderar su política exterior en materia de ayuda humanitaria.
A medida que el debate se intensifica, los ojos del mundo están puestos en las decisiones que tomará Washington en los próximos meses y su impacto potencial en el bienestar de millones de personas en el planeta.