La historia de Elián González ha sido una de las más mediáticas y simbólicas del conflicto político entre Cuba y Estados Unidos. El niño balsero, que en 1999 fue rescatado frente a las costas de Florida tras sobrevivir al naufragio que costó la vida de su madre y otros migrantes, se convirtió en el centro de una batalla legal, diplomática y mediática que marcaría una generación.
Esta dramática historia, cargada de emociones, ideologías y tensiones internacionales, ha sido abordada en diversas producciones cinematográficas y documentales que intentan retratar las múltiples aristas del caso.


La película más conocida sobre el tema es el documental «Elián» (2017), dirigido por Tim Golden y Ross McDonnell. Esta producción fue presentada en el festival de cine Tribeca y distribuida por CNN Films. El documental ofrece una narrativa detallada del caso desde múltiples perspectivas, incluyendo entrevistas con familiares tanto en Cuba como en Miami, imágenes de archivo y el testimonio directo de un Elián ya adulto.
La obra examina cómo un niño de apenas seis años fue transformado en símbolo por ambos lados del estrecho de Florida: en Cuba, como un hijo devuelto al seno de la patria; en Miami, como una víctima del régimen castrista que debía permanecer en libertad.
El documental también hace un recuento del operativo del 22 de abril del 2000, cuando agentes federales irrumpieron en la casa de sus familiares en Miami y lo retiraron por la fuerza para cumplir la orden judicial de devolverlo a su padre, Juan Miguel González, en Cuba. La icónica imagen del niño llorando frente a un agente armado recorrió el mundo y se convirtió en un símbolo del drama político y humano que envolvía el caso. La cinta evita un enfoque unidimensional y, en cambio, busca mostrar la complejidad del conflicto, incluyendo el papel de los medios de comunicación, la comunidad cubana en el exilio y los gobiernos de Fidel Castro y Bill Clinton.
Otra producción relevante es el documental “The Elián González Story”, un proyecto menos difundido, pero que analiza la cobertura mediática y el impacto emocional del caso en la comunidad cubanoamericana de Miami. Esta obra, de carácter más académico, se concentra en cómo los niños fueron utilizados en campañas mediáticas durante las protestas, y cómo la figura de Elián fue instrumentalizada por grupos políticos.
Además del material documental, la historia de Elián también inspiró múltiples programas de televisión, cortos independientes y obras teatrales, en su mayoría realizadas en Estados Unidos. En Cuba, el caso fue retratado principalmente a través de documentales institucionales y programas especiales transmitidos por los medios oficiales, donde se enfocaba la narrativa en la “victoria moral” del país por haber logrado el retorno del niño a su patria y a su padre.
En la ficción cinematográfica no se han producido largometrajes narrativos de alto perfil centrados exclusivamente en el caso de Elián González, en parte por la sensibilidad del tema y su carga política. Sin embargo, la historia ha sido referenciada en películas y series que abordan la migración cubana, el conflicto ideológico entre Cuba y EE. UU., o los dilemas de la diáspora. La imagen del niño balsero y la batalla legal por su custodia han quedado grabadas en el imaginario colectivo como uno de los episodios más significativos del fin del siglo XX en América.
El interés por Elián no se ha extinguido.
Hoy, convertido en un joven ingeniero y político cubano, su figura sigue siendo objeto de debate y reflexión. Las películas y documentales que abordan su historia no solo cuentan el drama de un niño dividido entre dos familias, sino que también ofrecen una mirada crítica al poder de los medios, la manipulación ideológica y las heridas abiertas de una nación partida.