La práctica del sexo oral anal en hombres, también conocido como anilingus, puede tener diversos efectos desde el punto de vista del placer sexual, la intimidad y emocional.
Estimular al punto G en los hombres existe y es una fuente de intenso placer sexual cuando se estimula correctamente.
¿Dónde está el punto G masculino y por qué es importante para el sexo?
El punto G del hombre está en la próstata, una glándula del tamaño de una nuez que se encuentra a unos 5 a 7 cm dentro del recto, en la pared anterior (la que da hacia el abdomen) y es accesible por vía anal. Es importante destacar que este órgano tiene una alta densidad de terminaciones nerviosas, lo que la hace muy sensible al tacto.
Al ser estimulada, puede provocar una eyaculación más intensa o incluso un orgasmo sin necesidad de estimulación del pene. Aunque menos intenso, también se puede estimular indirectamente presionando el perineo (zona entre el escroto y el ano).
Aunque aún se investiga, algunos expertos creen que estimular la próstata con regularidad ayuda a mantenerla activa y saludable, lo cual podría reducir el riesgo de prostatitis (inflamación de la próstata) y mejorar la circulación sanguínea en la zona.
Al practicar estimulación prostática, algunos hombres aprenden a distinguir y controlar mejor las fases del orgasmo, lo cual puede ayudar con problemas como la eyaculación precoz.
La apertura a nuevas experiencias sensoriales está transformando los discursos sobre el placer masculino, derribando prejuicios culturales en el camino.
Como ocurre con cualquier práctica sexual, los expertos recomiendan tomar precauciones, tomar en consideración que la higiene del área anal es esencial para evitar la exposición a bacterias como E. coli o virus como hepatitis A y HPV. El uso de barreras dentales o protectores bucales puede reducir considerablemente estos riesgos. También es fundamental que cualquier encuentro sea consensuado, conversado y sin presión.
El sexo oral anal lejos de ser una moda pasajera, se perfila como un reflejo de los cambios que vive la sociedad en su relación con el cuerpo, el placer y la diversidad sexual. Mientras más hombres y parejas lo practican sin culpa ni vergüenza, se abre paso una visión más integral y libre de la sexualidad masculina, donde el respeto, el disfrute mutuo y la exploración consciente van de la mano.
