BUENOS AIRES.— El director de la clínica donde Diego Maradona fue intervenido de un hematoma en la cabeza dos semanas antes de fallecer en 2020 declaró el martes ante un tribunal que durante el postoperatorio el astro futbolístico argentino demandaba alcohol y era de difícil trato, lo que desaconsejaba su posterior recuperación en una internación domiciliaria.
Pablo Dimitroff, director de la Clínica Olivos, afirmó ante el tribunal que realiza el juicio por la muerte de Maradona que el neurocirujano Leopoldo Luque, uno de los siete profesionales de la salud juzgados por el hecho, le había solicitado “un lugar” para que el exjugador pudiera operarse a principios de noviembre de 2020 de un hematoma subdural en la cabeza.
Luque era entonces el médico de cabecera de Maradona, quien el 25 de noviembre de 2020 falleció de un paro cardíaco a los 60 años mientras se recuperaba de la operación en esa clínica situada en las afueras de Buenos Aires durante una internación domiciliaria en una casa alquilada cercana a la capital.
Según la fiscalía, Luque y los otros profesionales de la salud imputados no le brindaron a Maradona la atención médica adecuada durante dicha internación, lo que habría desembocado en su muerte. A los acusados les pueden caer hasta 25 años de prisión. Fuente AP.