Redacción.- Cada primer martes de mayo, el mundo conmemora el Día Mundial del Asma, una iniciativa impulsada por la Iniciativa Global contra el Asma (GINA) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta jornada, establecida oficialmente en 1999, tiene como objetivo crear conciencia sobre el asma y fomentar estrategias efectivas para su prevención y control a nivel global.
La elección de esta fecha se sitúa en plena primavera en el hemisferio norte, una estación en la que los niveles de alérgenos ambientales aumentan considerablemente, lo que puede provocar crisis asmáticas en personas vulnerables. La primera conmemoración del Día Mundial del Asma tuvo lugar en diciembre de 1998, pero desde 1999 se celebra en mayo, consolidándose como uno de los eventos más relevantes en el ámbito de la salud respiratoria.
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El asma es una enfermedad crónica que afecta a los pulmones y que se manifiesta a través de síntomas como dificultad para respirar, tos persistente, silbidos en el pecho y opresión torácica. Afecta a personas de todas las edades y condiciones, y si bien no tiene cura, puede ser controlada eficazmente con diagnóstico temprano, tratamiento adecuado y cambios en el estilo de vida.
En este día, profesionales de la salud, instituciones médicas y organizaciones comunitarias desarrollan campañas de información, jornadas de control gratuito y actividades educativas para ayudar a los pacientes a comprender mejor su enfermedad, identificar factores desencadenantes y mejorar su calidad de vida.
