La Perversa se sinceró frente a las cámaras del reality La Casa de Alofoke 2 y narró el sacrificio, la pobreza y las decisiones dolorosas que marcaron su transformación: de payasita y pinta caritas en los barrios de Santo Domingo a una de las artistas urbanas más reconocidas del país.
La intérprete reveló que sus inicios fueron mucho más duros de lo que muchos imaginan. “Yo era payasita, yo pintaba carita, me iba por los cumpleaños. ¿Sabes cuánto yo cobraba? 500 pesos por cumpleaños”, recordó. A veces recibía hasta 400 pesos, según “el estatus del cumpleaños”. A pesar de su embarazo inicial, siguió trabajando hasta cerca de los cuatro meses, momento en que tuvo que dejarlo por las limitaciones físicas y económicas.
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Con la llegada de su primer hijo, la artista enfrentó una de las etapas más difíciles de su vida. “Después de ahí… embarazada me ponía a hacer trenza en el barrio. Yo cobraba 600, 700 pesos por cabeza”, contó. Todo para poder cubrir lo básico: leche, pañales y comida.
La situación se volvió insostenible y La Perversa confesó una de sus decisiones más dolorosas: “Tuve que irme de la casa de mi mamá con mi hijo… y me fui para donde una amiga. Gracias a Dios ella me recibió”. Debido a la necesidad de generar ingresos, trabajó de camarera en un drink mientras una vecina cuidaba al bebé.
La inestabilidad la llevó a mudarse varias veces: donde su madre biológica, luego donde su abuela, hasta que finalmente tuvo que entregar temporalmente el cuidado de su hijo a la abuela paterna. “No es que se lo di… pero ella me lo cuidaba. Yo tenía que buscar el pan de cada día”, expresó con notable tristeza.
Fue entonces cuando inició su camino dentro del mundo del entretenimiento. Primero como bailarina de dembow en videos musicales, colaborando con artistas como Bulin 47 y otros exponentes del momento. Su estilo y energía la hicieron viral: “Había un video mío… viralísimo, viral, viral”, dijo entre risas tímidas. Ese reconocimiento despertó el interés de discotecas y productores.
El impulso definitivo llegó gracias a un amigo cercano, ya fallecido, quien la motivó a grabar su primer tema, Que te lo dé. Aunque al inicio no continuó la línea musical, fue el equipo conformado por sus actuales managers, Ari y Dalí, quienes la encaminaron hacia el proyecto artístico que hoy lidera. “Tú puedes ser la Cardi B dominicana”, le insistieron. Así nacieron éxitos como Aficiado en Chucky junto a Nino Freestyle, marcando el inicio del despegue que la posicionaría en la escena urbana.
Hoy, La Perversa reconoce el peso de lo vivido: el trabajo informal, los constantes rechazos y la separación de su hijo. Pero también celebra los frutos del esfuerzo: “Gracias a Dios y a mi equipo, estoy en pie. Siendo esa chamaquita que pintaba carita, que hacía trenza en el barrio, que trabajó en un drink para darle de comer a su hijo”.
Actualmente, su hijo mayor vive con ella y, según explicó, su vida ha encontrado un equilibrio. Consciente de sus altos y bajos, la artista agradeció a su equipo de trabajo y al apoyo del público que la ha visto renacer una y otra vez.


