Yakarta. – Indonesia enfrenta una de las crisis sociales más graves de los últimos años luego de que se revelara que los 580 legisladores del país aprobaron un aumento de sus salarios a 50 millones de rupias mensuales (unos 3.000 dólares), una cifra que equivale a diez veces el salario mínimo vigente.
La medida ha desatado un fuerte descontento en una población golpeada por el desempleo y el alto costo de la vida, llevando a miles de ciudadanos a manifestarse en las calles de distintas provincias en reclamo de justicia económica y mayor transparencia en el manejo de los recursos públicos.
Las protestas han derivado en episodios de violencia en varias regiones. En Makassar, manifestantes incendiaron el Congreso regional, un hecho que dejó al menos tres muertos y varios heridos. También se reportaron ataques contra residencias de legisladores y edificios gubernamentales en Surabaya y Bandung.
El malestar ciudadano se profundizó tras la muerte de Affan Kurniawan, un joven que perdió la vida al ser atropellado por un vehículo policial en medio de las manifestaciones. La indignación creció aún más luego de que circularan imágenes de diputados bailando durante un receso previo a la aprobación del polémico aumento, lo que fue interpretado como una burla hacia la ciudadanía.
Según reportes locales, las protestas se han extendido a 32 de las 38 provincias de Indonesia, convirtiéndose en un movimiento nacional sin precedentes que pone en tensión la estabilidad política y social del país.