Yulay Piña, una joven promesa de la comunicación dominicana, se ha abierto paso en los medios tradicionales y digitales gracias a su carisma, autenticidad y capacidad de expresión sin filtros. Su historia es un testimonio de perseverancia, superación y el valor de mantenerse fiel a uno mismo.
«Una ciudadana de respeto», es la frase que se ha convertido en el emblema de Piña, también denominada como «La chiva».
Infancia y raíces en San Juan de la Maguana
Nacida el 14 de noviembre en Corral de los Indios, un pequeño campito de San Juan de la Maguana, Yulay describe su infancia como «bellísima», rodeada de sus padres, hermanos, abuelos y primos. Sus padres, personas «humildes y sencillas», inculcaron valores, les brindaron un hogar, comida y se encargaron de su educación. Yulay fue una estudiante destacada, siempre entre las mejores de su clase, dicho por ella misma.
Además de sus dotes académicas, Yulay fue una atleta dedicada durante toda su niñez, practicando softbol (segunda base), fútbol (llegó a ser selección nacional sub-17) y voleibol. El deporte fue una parte fundamental de su desarrollo, aprovechando las amplias explanadas de su pueblo natal para jugar y compartir. También destaca la importancia de los clubes culturales y deportivos en la formación de la juventud, lamentando su desaparición y abogando por su rescate.
Aunque su madre soñaba con que fuera maestra y su padre con que fuera médico, Yulay desde niña tuvo metas muy claras y siempre quiso dedicarse a la comunicación, un camino que no era común en su comunidad…. Como ella misma expresa:
«Mi mamá nunca quiso que yo esté en los medios de comunicación».
El desafiante viaje a la capital
Su pasión por los medios la llevó a tomar la difícil decisión de mudarse a Santo Domingo, consciente de que las oportunidades en su provincia eran limitadas. Su primer intento en la capital fue un «completo caos». Viviendo en un barrio humilde de Manganagua, consiguió un trabajo como asistente de producción en un programa llamado «Punto de Salud», lo que la llevó a pasar «demasiadas cosas», incluyendo «mucha hambre» y largas caminatas diarias. Se sintió «muy mal» y «derrotada» al tener que regresar a San Juan.
Sin embargo, su espíritu indomable la impulsó a intentarlo de nuevo. Tras ahorrar dinero y con la ayuda de Doña Kika, quien le sirvió de garante para su primera casa, Yulay regresó a la capital: «A pesar de llevar innumerables currículos y asistir a castings en programas como Más Roberto o el Canal 9 sin éxito, hubo un momento en que desistí de trabajar medios de comunicación» y se dedicó a promociones para sobrevivir.
El scenso de Yulay Piña en los medios: Radio, TV y Plataformas Digitales
Su entrada definitiva a los medios se dio de forma inesperada cuando unas primas la inscribieron en un casting para el programa de radio de humor «El Negocio 89.3». Su química con Raymundo Ortiz fue instantánea, y así comenzó su carrera en la radio. Posteriormente, Raymundo la llevó a Bebeto TV, donde su naturalidad y esencia orgánica le abrieron las puertas de la televisión, destacándose en animación.
El salto a las plataformas digitales se dio con el Doctol Nastra y el famoso programa «El Zócoleo». Aunque inicialmente fue propuesta para un podcast de comentarios, la gente la quiso en el panel principal. Sin embargo, después de un tiempo, Yulay dejó de aparecer en la plataforma del Doctol Nastra.
Yulay también participó en La Máxima y el programa Directo al Show de Wilson Sued.
Entrada de Yulay Piña a Sin Filtro Radio Show
Su plataforma más grande hasta la fecha ha sido «Sin Filtro Radio Show». Santiago Matías la descubrió durante una entrevista donde Yulay no dudó en debatir y rebatir con él. Su llegada al programa fue un desafío, especialmente con sus compañeras panelistas, quienes inicialmente «no la entendían» y no le hablaban.
Yulay reconoce que su sentido del humor y manera de hablar pudieron haber generado una predisposición, además de posibles celos por ser la «nuevecita». Robert Sánchez fue su principal apoyo, aconsejándole. A pesar de las tensiones iniciales, lograron una buena relación, especialmente con Sandra Berrocal, con quien tiene mucha química.
Yulay ha enfrentado situaciones difíciles en los medios, como un altercado público con Cristian Casablanca, quien la atacó con comentarios hirientes sobre sus dientes, un tema que nadie había tocado antes. Este fue el único momento en que abandonó una cabina. Sin embargo, estas experiencias solo han fortalecido su convicción de que en los medios, uno está «sumamente expuesto» y es un precio que use tiene que pagar.
A lo largo de su carrera, Yulay ha demostrado una inquebrantable fidelidad a sus orígenes y a su esencia. «Yo siempre voy a cuidar mi esencia, yo vine del campo pero no dejé el campo nunca, ni lo voy a dejar nunca. Amo el campo», afirma.
Esta autenticidad se refleja también en su filosofía de vida: «tu palabra tiene que ser coherente con tus hechos o con el ejemplo».
En el ámbito personal, Yulay no está actualmente enamorada, aunque reconoce que aparecen «ofertitas». Ha experimentado el amor y el desamor, sufriendo una ruptura hace muchos años que la marcó profundamente.
Sobre el amor, sentencia: «Cuando me enamoro, me enamoro y me entrego al 100%». Y aunque cree firmemente en el amor y el compromiso, el matrimonio como «un papel» no es una prioridad, citando el ejemplo de sus padres, que se casaron tras casi 50 años juntos. Le encantaría cumplir su sueño de la maternidad y tener «una yulaicita».
Respecto a su imagen, Yulay es abierta sobre sus experiencias con cirugías estéticas, incluyendo una reducción de senos que resultó en un aumento, y unos glúteos agrandados sin su consentimiento, los cuales volvió a operar para sentirse «sencillita, delgadita, sencilla».
Sueños y el futuro de Yulay Piña
Mirando hacia el futuro, Yulay Piña tiene claras sus aspiraciones. Su mayor sueño es ser animadora del equipo de béisbol El Escogido. En segundo lugar, anhela ser presentadora de los Premios Soberano y aboga por la inclusión de una categoría de «Panelista del Año» en la premiación.
Con su determinación y autenticidad, Yulay Piña se proyecta en el futuro con confianza y aunque en algunas ocasiones ha sido objeto de críticas por sus planteamientos, e incluso por tener un romance con «un hombre que resultó ser casado», la sanjuanera mantiene su esencia y seguridad.
