El rapero Sean Kingston, conocido por éxitos en la década de los 2000, fue sentenciado a más de tres años de prisión tras ser encontrado culpable de participar en un fraude millonario junto a su madre. De acuerdo con documentos judiciales, ambos diseñaron un esquema para adquirir artículos de alto valor sin pagarlos.
Las investigaciones revelaron que el artista y su madre utilizaban información falsa y documentos manipulados para obtener desde automóviles de lujo hasta joyas y equipos electrónicos. Posteriormente, los bienes eran revendidos o usados como parte de su estilo de vida ostentoso, causando pérdidas significativas a varias compañías.
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Durante el juicio, la fiscalía argumentó que Kingston actuó de manera consciente, aprovechando su fama para ganar credibilidad frente a las empresas víctimas del fraude. Su madre, considerada pieza clave en la operación, también enfrentará cargos y una condena relacionada con el mismo caso.
La defensa del rapero intentó reducir la pena alegando que Kingston atravesaba por problemas financieros y que su participación no había sido tan activa como la de su madre. Sin embargo, el tribunal desestimó estas afirmaciones al señalar pruebas claras de su complicidad.
Con la sentencia, Sean Kingston deberá cumplir más de tres años en prisión, además de enfrentar sanciones económicas para resarcir parte de los daños ocasionados. El caso marca un fuerte golpe a su carrera artística, que en el pasado lo llevó a ocupar los primeros lugares en listas musicales internacionales.