Santo Domingo.- Dos episodios de violencia extrema, presuntamente vinculados a trastornos mentales, han sacudido a la sociedad dominicana y encendido las alarmas sobre el acceso a diagnóstico, tratamiento y atención especializada en salud mental.
Uno de estos hechos, ocurrió en el sector Naco, en el Distrito Nacional, cuando un hombre de 30 años, que presuntamente padecía esquizofrenia, atacó a varias personas dentro del edificio donde residía. El hecho dejó una mujer de 70 años fallecida y al menos cinco personas heridas, entre ellas vecinos y familiares del atacante.
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Otro caso sucedió en el 2024, donde una mujer, miembro activo de las Fuerzas Armadas, fue arrestada tras decapitar a su hija de nueve años.
Ambos casos comparten un elemento común, la falta de seguimiento clínico a personas con antecedentes o síntomas evidentes de trastornos mentales, lo que para expertos representa una falla del sistema de salud y de las políticas públicas actuales.
La psicóloga clínica Angélica García explicó que este tipo de hechos pueden estar relacionados directamente con la interrupción del tratamiento, la falta de diagnóstico o el abandono del paciente por parte del entorno.
“La falta de medicación, una descompensación en algún momento, un diagnóstico no adecuado o no puntual, o que la persona no siga con ese tratamiento… eso pudiera ser. También un estrés agudo puede detonar un episodio”, indicó la especialista.
García señala que en muchos casos las familias no cuentan con los recursos para costear los medicamentos o el seguimiento especializado que requiere un paciente psiquiátrico.
“Muchos no tienen dinero para comprarle sus medicamentos. Entonces pasa que una familia de pocos recursos no tiene la capacidad económica para tener acceso a esos medicamentos», agregó.
La psicóloga advierte que es urgente establecer políticas públicas sólidas y sostenidas en el tiempo para atender la salud mental, con énfasis en prevención, diagnóstico temprano, acceso gratuito a medicamentos y protocolos claros de emergencia.
“Deben existir más centros habilitados y personal especializado, como equipos de intervención del 9-1-1 capacitados para enfrentar este tipo de situaciones psiquiátricas. Necesitamos orientación, pero también estructuras que respondan ante una crisis de salud mental”, concluyó.
