Santo Domingo.- Eran las 6:10 de la tarde cuando el teléfono de la redacción de De Último Minuto sonó con insistencia. Al otro lado de la línea, los gritos desgarradores de una mujer se colaron entre el bullicio habitual del equipo de redacción:
«¡Acaba de ocurrir una tragedia!, un vecino mató a una vecina», gritó con desesperación antes de que la llamada se cortara bruscamente, lo que hizo pensar a una de las periodistas que esa persona también había sido atacada.
La tensión entorpeció por instante a las periodistas. En el registro de llamadas se les dificultaba visualizar el número telefónico que había dado la voz de alerta de la tragedia.
El pánico que transmitió su voz hizo que las periodistas Arelis Suero, Carolina Álvarez y Camil Adon intentaran devolver la llamada de inmediato, pensando que había pasado lo peor. Dos minutos después, el teléfono volvió a sonar.
—“Ocurrió una tragedia”, repitió la voz nerviosa la ciudadana.
—“Sí, por favor, infórmenos dónde”, respondió una de las periodistas.
—“Aquí en el Condominio Naco Dorado… un vecino fue de apartamento en apartamento tocando puertas… mató a una vecina e hirió a otros”, respondió muy angustiada.
—“Repítame la dirección», volvió a preguntar la periodista. Otra vez, la llamada se cayó.
Esta situación generó dudas y varias preguntas entre la redacción «¿Será real?», «¿No tendrá problemas mentales la persona que llamó?«, «¿La han apuñalado también?», «Eso solo ocurre en los Estados Unidos».
Inmediatamente se procedió a llamar al coordinador del equipo para informar la situación, quien dio luz verde para que se le diera seguimiento al caso y verificar su veracidad.
Sin perder tiempo, el equipo se trasladó al lugar. A medida que se acercaban, la tensión se hacía palpable. Las luces intermitentes de patrullas y ambulancias iluminaban la fachada del condominio. El caos y la incredulidad se reflejaban en los rostros de los vecinos y curiosos.
Las autoridades habían acordonado la zona, limitando en acceso a la prensa. En la entrada del edificio, la alcaldesa del Distrito Nacional, Carolina Mejía, lloraba desconsoladamente. Minutos después llegó la primera dama Raquel Arbaje, visiblemente afectada. Nadie hablaba en voz alta, ni se ofrecían mayores detalles. Las miradas buscaban consuelo, sin encontrarlo.
«Fue Willy… fue casa por casa agrediéndolos», murmuraban entre dientes los vecinos, aún con los rostros pálidos por el espanto.
A las 7:50 de la noche, el vocero de la Policía Nacional, Diego Pesqueira, confirmó lo que ya se temía: una mujer fallecida y cinco personas heridas tras un brutal ataque con arma blanca dentro del residencial.
El agresor fue identificado como Jean Andrés Pumarol Fernández, de 30 años, residente del mismo condominio. Según versiones preliminares, habría tocado las puertas de varios apartamentos atacando sin mediar palabras. Entre los heridos está su propio padre.
Yolanda Handal Habugabi, de 70 años, fue la víctima mortal del ataque.
Resultaron heridos:
Guillermo Ramón Pumarol Castellano, de 62 años (padre del agresor)
Francisco Texano, de 68 años (vecino)
Teresa Fabián Heredia, de 70 años (empleada doméstica de la fallecida)
Griselda Ozuna, de 48 años (vecina)
Victoria Heredia, de 36 años (vecina)
Una de las trabajadoras del edificio relató que «solo escuché gritos… me acerqué al balcón y vi el corre, corre».
Mientras el asombró invade a todos por la noticia, hasta el momento no se ha revelado el motivo que impulsó a Pumarol a cometer el ataque.
