LOS ÁNGELES – Quinn Priester no necesitó ayuda del bullpen para resolver el primer juego de la segunda mitad de la temporada. Con una actuación dominante en el Dodger Stadium, el derecho guio a los Cerveceros de Milwaukee a una victoria por 2-0 sobre los Dodgers de Los Ángeles, extendiendo así la racha ganadora del equipo a ocho partidos consecutivos.
Priester trabajó seis entradas impecables, permitiendo solo tres imparables, sin boletos y ponchando a 10 bateadores, quedando a uno de su marca personal. Utilizó una mezcla efectiva de sinkers, cutters y sliders para controlar por completo a la poderosa alineación angelina. Entre sinkers y cutters generó 10 de los 12 swings fallidos de la noche, mientras su velocidad de recta se mostró por encima del promedio habitual.
Antes del encuentro, el mánager de los Cerveceros, Pat Murphy, se cuestionaba públicamente si su abridor podría aguantar el reto frente a los Dodgers. Al final, no solo lo aguantó, lo superó con creces.
“¿De verdad vamos a pensar que Priester puede lanzar seis innings contra esta alineación?”, se preguntaba Murphy horas antes del juego. “Pues resultó que sí”.
La ofensiva de Milwaukee encontró su momento oportuno en el quinto episodio, cuando Caleb Durbin conectó un doble de 108.8 mph por la línea del jardín izquierdo para empujar a Isaac Collins con la primera carrera del juego. Más adelante, el mismo Durbin amplió la ventaja con un cuadrangular solitario por el jardín central, sellando la ventaja definitiva.
Tyler Glasnow, abridor de los Dodgers, también tuvo una buena salida, pero la mínima producción ofensiva de su equipo no fue suficiente para revertir el marcador.
Con esta victoria, los Cerveceros consolidan su buen momento y se afianzan como uno de los equipos más en forma de la Liga Nacional. De cara a la Fecha Límite de Cambios del 31 de julio, actuaciones como la de Priester podrían influir directamente en las decisiones de la gerencia de Milwaukee.