“La Operación Martillo de Medianoche fue un golpe significativo a las capacidades nucleares de Irán”, afirmó Sean Parnell, portavoz principal del Pentágono, al subrayar que la recuperación de las instalaciones nucleares iraníes llevará “años”.
Esta evaluación, respaldada por el director de la CIA, John Ratcliffe, quien informó al Congreso de EEUU que “varias instalaciones nucleares clave iraníes fueron destruidas y tendrían que ser reconstruidas a lo largo de años”, marcó un punto de inflexión en la percepción de los resultados de los recientes ataques estadounidenses e israelíes sobre el programa nuclear iraní.
Y un nuevo informe de inteligencia estadounidense, citado por The New York Times, reveló que el sitio de Fordow, considerado el centro de enriquecimiento nuclear más avanzado y protegido de Irán, resultó gravemente dañado, posiblemente inutilizado, tras el lanzamiento de 12 bombas GBU-57 por bombarderos B-2 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. La evaluación sostiene que las explosiones destruyeron miles de centrifugadoras nucleares delicadas, sepultadas bajo más de 76 metros de montaña, lo que coincide con las declaraciones del director del Organismo Internacional de Energía Atómica.
Aunque dos instalaciones nucleares adicionales, Natanz e Isfahan, no sufrieron daños tan severos, los ataques destruyeron infraestructuras esenciales para la fabricación de armas nucleares, cuya reconstrucción podría demorar años, según funcionarios estadounidenses.
En Natanz, solo dos bombas penetradoras impactaron, dejando gran parte de la instalación intacta, pero probablemente destruyendo las centrifugadoras y bloqueando el acceso a áreas críticas. En Isfahan, un submarino estadounidense disparó misiles de crucero contra instalaciones superficiales, mientras que los túneles subterráneos y otras áreas resultaron menos afectados.
A pesar de la magnitud de los daños, un alto funcionario israelí reconoció que los ataques probablemente no eliminaron el stock de uranio enriquecido casi a nivel de bomba, suficiente para fabricar más de 10 armas nucleares. Sin embargo, funcionarios estadounidenses insisten en que, sin las instalaciones para manufacturar un arma, ese material carece de utilidad práctica, incluso si los iraníes logran recuperarlo de los escombros. Según estimaciones de Estados Unidos e Israel, Irán aún posee uranio enriquecido al 60% de pureza, apenas por debajo del umbral habitual para armas nucleares, aunque se cree que solo el depósito en el laboratorio nuclear de Isfahan permanece accesible tras los ataques.
FUENTE: INFOBAE