Jerusalén.- El bombardeo del Ejército israelí del lunes pasado contra el café Al Baqa de la Ciudad de Gaza, en el que murieron 33 personas, acabó con la vida de un comandante y otros dos miembros del grupo islamista Hamás, según un comunicado militar difundido este domingo.
Los tres fallecidos son Ramzi Ramadan Abd Ali Saleh, al que el Ejército israelí atribuye el rango de comandante de la fuerza naval de Hamás en el norte de Gaza; Hisham Aiya Atiya Mansour, «subdirector de la célula de granadas de mortero»; y Nissim Muhammad Suleiman Abu Sabha, integrante de la misma.
«El terrorista (Ali Saleh) fue eliminado en Ciudad de Gaza mientras operaba en una estructura con otros terroristas», aseguró el Ejército, si bien medios israelíes como The Times of Israel informaron de que dicha estructura era la conocida cafetería junto al mar de la capital gazatí.
Fuentes sanitarias en el enclave situaron la cifra total de fallecidos en 33 en el día del ataque.
El bombardeo acabó con la vida de un periodista, Ismail Abu Hatab, e hirió a otra reportera, Bayan Abu Sultán.
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Entre los fallecidos también se identificó a la boxeadora Malak Masleh, el futbolista Mustafa Abu Amira o la artista Amina al Salmi.
«Antes del ataque se tomaron medidas para mitigar el riesgo de herir a civiles, incluyendo el uso de municiones precisas, vigilancia aérea e inteligencia adicional», dijo el Ejército sobre el bombardeo ese día.
Una investigación del diario británico The Guardian señaló que la bomba utilizada era una MK-82 (de fabricación estadounidense), de 230 kilos, que calificaron como «un arma potente e indiscriminada que genera una onda expansiva masiva y esparce metralla por una zona amplia».
El Al Baqa es un café muy conocido en Ciudad de Gaza, que al tener conexión a internet era frecuentado diariamente por periodistas, estudiantes y otros civiles que recurrían a él como punto de descanso al hallarse junto al mar.
La ofensiva israelí contra la Franja de Gaza se ha cobrado la vida de más de 57.400 personas desde su inicio en octubre de 2023, cuando comenzó como represalia al ataque de Hamás en territorio israelí el día 7 de ese mes, en el que los milicianos mataron a unas 1.200 personas y secuestraron a otras 251.
