Jerusalén. – El Gobierno de Israel aseguró este domingo que, antes del inicio de la guerra conocida como “León Ascendente”, el régimen iraní se encontraba en plena expansión de un programa de misiles balísticos sin precedentes, con el objetivo de convertirse en el principal arsenal de este tipo de armamento a nivel mundial.
En una entrevista con The Sunday Times, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí, Oren Marmorstein, ofreció una nueva perspectiva sobre las razones detrás de la ofensiva conjunta lanzada el pasado 13 de junio por Israel y Estados Unidos contra objetivos estratégicos en Irán. “Actuamos debido a dos amenazas existenciales: una era nuclear, y la otra, balística”, declaró.
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Según Marmorstein, la inteligencia estadounidense había detectado que Irán poseía alrededor de 3,000 misiles balísticos, pero proyectaba aumentar esa cifra a unos 20,000 en un corto plazo, varios de ellos con capacidad para transportar ojivas de una o dos toneladas y alcanzar blancos en Europa. “Estaban a punto de convertirse en el mayor productor de misiles balísticos del planeta”, advirtió.
Uno de los momentos más alarmantes previo al alto al fuego fue el impacto de un misil iraní en la ciudad de Beersheba, que provocó la muerte de cuatro personas. “Imaginen si lanzaran 10,000 como ese”, comentó el vocero, destacando que la amenaza balística era igual de peligrosa que una bomba nuclear.
Misiles de alcance intercontinental
Entre las armas desarrolladas por Irán se encontraba el misil Khorramshahr, basado en tecnología norcoreana, con un alcance intercontinental y capacidad para cargar una ojiva de dos toneladas. Esta amenaza, señaló Marmorstein, no se limitaba a Israel, sino que también ponía en riesgo a ciudades europeas.
Además, reveló que Irán había alcanzado niveles industriales de producción de misiles y drones, incluyendo los Shahed, utilizados por Rusia en la guerra de Ucrania.
Programa nuclear al borde del “punto de no retorno”
Respecto al programa nuclear iraní, el portavoz reiteró que Teherán estaba “peligrosamente cerca” de lograr capacidad armamentística, con suficiente uranio enriquecido para fabricar al menos nueve bombas nucleares.
Marmorstein atribuyó la aceleración del programa atómico al asesinato en septiembre pasado del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, en un ataque aéreo atribuido a Israel. Según sus palabras, ese hecho provocó una escalada inmediata por parte de Irán, lo cual también ha sido señalado por el expresidente Donald Trump, aunque no confirmado oficialmente por los servicios de inteligencia estadounidenses.
Golpe al liderazgo iraní
Sobre los resultados de la operación militar, Marmorstein afirmó que fue “un éxito que superó nuestras expectativas”, alegando que durante la primera noche fueron eliminados altos mandos del régimen iraní. “Imaginen la Segunda Guerra Mundial sin el liderazgo militar nazi desde el primer día. Eso hicimos”, aseguró.
Añadió que más de la mitad de los lanzadores de misiles iraníes fueron destruidos, al igual que instalaciones claves de producción, lo cual habría retrasado significativamente tanto el programa balístico como el nuclear del régimen.
Impacto civil y defensa aérea
Pese a los logros militares declarados, el conflicto dejó un saldo humano importante. El funcionario recordó que varios misiles iraníes lograron evadir el sistema de defensa “Cúpula de Hierro” e impactaron en zonas residenciales, causando al menos 25 muertos. Sin embargo, subrayó que los daños habrían sido mayores si la ofensiva no se hubiese ejecutado.
Escenario internacional
La magnitud del ataque ha generado divisiones en Washington, especialmente por el uso de bombas antibúnker por parte de EE. UU., pero Israel considera que la operación era necesaria para frenar una amenaza que trascendía la región.
“La amenaza no era solo para Israel”, concluyó Marmorstein, advirtiendo que el objetivo de Irán era alcanzar una capacidad ofensiva global con implicaciones para toda la comunidad internacional.