San Cristóbal.– Con la voz entrecortada por la emoción, un familiar cercano a la niña de 13 años rescatada en Lavapiés compartió un testimonio profundamente conmovedor sobre lo que vivió la menor mientras permanecía atrapada bajo una cuneta, en medio de la oscuridad y las corrientes de agua que amenazaban con quitarle la vida.
“Yo le pregunté: ‘Mi amor, ¿qué pensabas mientras estabas ahí sola?’ Y ella me dijo: ‘Yo solo le pedía a Dios que me mandara a alguien para sacarme de aquí’”, contó Gilberto Cuevas De León, familiar de la adolescente. “Y yo estoy seguro de que el Señor la oyó, porque Él cumple sus promesas. Fue un milagro”, afirmó con convicción.
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El señor reflexionó sobre la dimensión espiritual del hecho y cómo, a pesar de la ausencia de equipos pesados o acciones oficiales efectivas, fue la fe y el corazón de la comunidad lo que hizo la diferencia. “Si hubiera sido un funcionario, tal vez con una pala o una máquina le hubieran hecho daño sin querer. Pero Dios mandó la lluvia para que esa gente se fuera y dejó que los muchachos del barrio la encontraran. Fue Dios actuando a través de ellos”.
Conmovido, aprovechó para enviar un mensaje a la juventud. “Yo les digo a mis hijos que no dejen perder la fe. Ya casi no se puede hablar con los jóvenes. Pero si supieran lo que es pedirle de verdad a Dios, entenderían lo grande que es”.
El rescate de la menor, ocurrido tras más de ocho horas de búsqueda, ha sido calificado por muchos como un auténtico milagro. La comunidad de Lavapiés, aún conmovida, mantiene viva la esperanza de que este hecho sea un punto de inflexión para que las autoridades atiendan las necesidades urgentes del sector.