Pittsburgh. — Los guantes para deslizarse, un accesorio diseñado para proteger las manos al lanzarse hacia las bases, se han convertido en una tendencia cada vez más visible en el béisbol profesional y juvenil. Sin embargo, su funcionalidad en ligas infantiles sigue siendo objeto de debate.
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Inspirados por estrellas como Fernando Tatis Jr., que luce coloridos guantes en cada deslizamiento, muchos niños y adolescentes han adoptado este accesorio como símbolo de estilo y pertenencia, más allá de su utilidad práctica. Incluso figuras como Andrew McCutchen, veterano de los Piratas, reconocen que el uso de estos guantes está más ligado a la moda que a la seguridad en niveles menores.
“Todo se relaciona con el estilo”, admitió McCutchen. Su hijo de 7 años ya imita algunos de sus accesorios, aunque el astro duda que le compre un guante deslizante por ahora.
El fenómeno ha sido impulsado por empresas como Goat’d, que fabrica versiones personalizadas con diseños desde banderas hasta emojis. Su fundador, Scott McMillen, afirma que vendieron más de un millón de unidades en 2024, en parte por el auge del deporte infantil tras la pandemia.
Sin embargo, en muchas ligas juveniles, como las Pequeñas Ligas, los deslizamientos de cabeza están prohibidos o son poco frecuentes, lo que reduce la necesidad real de estos guantes. Aun así, la presión social entre padres e hijos alimenta su demanda.
Algunas familias han respondido con creatividad. En Ohio, un grupo de madres reemplazó los guantes deportivos por guantes de cocina comprados en tiendas de descuento. El gesto se volvió viral en TikTok, acumulando millones de vistas y atrayendo la atención de la propia marca Goat’d.
El accesorio, que comenzó como una medida de protección en las Grandes Ligas, se ha transformado en una herramienta de expresión individual. Y aunque su uso en ligas menores sea más estético que funcional, su presencia parece estar asegurada.
“Son niños”, reflexionó Chelsea Cahill, madre de un joven pelotero. “Déjenlos divertirse