Santo Domingo .- A propósito de las alertas sobre la supuesta aparición de casos de esta enfermedad en Haití, Fundéu Guzmán Ariza ofrece este miércoles algunas claves para una redacción más precisa de las noticias sobre este tema:
Los nombres de las enfermedades se escriben en minúscula
El sustantivo ántrax, referido a la enfermedad que en español se llama carbunco (o, menos usual, carbunclo) no necesita mayúscula inicial, tal como indica la Ortografía de la lengua española.
Por tanto, en las frases «La República Dominicana refuerza controles fronterizos por brote de Ántrax en Haití» y «El infectólogo asegura que la tasa de contagio del Ántrax es mínima» lo apropiado habría sido escribir «La República Dominicana refuerza controles fronterizos por brote de ántrax en Haití» y «El infectólogo asegura que la tasa de contagio del ántrax es mínima».
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Ántrax: en español, carbunco
Si bien con este sentido se ha hecho muy frecuente el uso de ántrax, por influencia del inglés anthrax, conviene tener en cuenta que el nombre en español de la enfermedad causada por la bacteria Bacillus anthracis es carbunco, tal como apunta el Diccionario panhispánico de términos médicos. Existe también la forma carbunclo, pero se considera preferible el uso, hoy mayoritario, de carbunco.
En cambio, ántrax en español se refiere a la enfermedad cutánea causada por el Staphylococcus aureus, que en inglés se denomina carbuncle.
Nombre científico
Los nombres latinos de virus y bacterias deben escribirse en cursiva y con la primera letra en mayúscula: Bacillus anthracis, Staphylococcus aureus. Resulta inapropiado referirse a la enfermedad como una bacteria: «¿Qué es el ántrax, la enfermedad que tiene bajo alerta a la República Dominicana?», no «¿Qué es el ántrax, la bacteria que tiene bajo alerta a República Dominicana?».
Fundéu Guzmán Ariza es una iniciativa de la Fundación Guzmán Ariza Pro Academia Dominicana de la Lengua, institución sin fines de lucro entre cuyos objetivos se encuentra impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación de la República Dominicana.
Cuenta con la asesoría de la Academia Dominicana de la Lengua, el Instituto Guzmán Ariza de Lexicografía y la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), así como con el patrocinio económico del bufete Guzmán Ariza.